viernes, 20 de septiembre de 2013

FRANCIA

Ya conocíamos Metz Ale y yo de hace dos años cuando fuimos a Rusia con Begoña. Estaba en el camino y habíamos conseguido un hotel Fórmula 1 a buen precio en esta ciudad. A Sofi le encantó la tremenda catedral, el casco antiguo y el río Mosela, de tamaño familiar. La reserva del hotel había fallado pero lo pudimos arreglar y así pasamos la noche en uno de nuestros hoteles favoritos:
Los hoteles Fórmula 1 son una cadena francesa, creo, que a base de ubicarse en zonas industriales, de construir a base de módulos prefabricados, de contratar un mínimo de personal, de ofrecer unos servicios básicos pero suficientes y de operar casi en exclusiva a través de internet, consigue ofrecer unos precios realmente bajos. La habitación triple cuesta alrededor de 30€. Normalmente el camping sale más caro. Por eso nosotros siempre que tenemos oportunidad vamos a F1, somos adictos. El único problema es que no suelen estar en el centro de las ciudades, salvo en Metz que estaba a 20 minutos andando.
Durante el paseo exploratorio nos topamos con una banda que tocaba en directo en los soportales de la avenida principal. Muy buenos, especialmente el cantante que hacía payasadas de todo tipo. Nosotros nos preguntábamos “¿Qué se ha metido ese muchacho?” Tocaban rock con mucho ritmo y parecía que las letra iban por el camino de la reivindicación social (no se le entendía un carajo). Cena en un italiano y a la camita gustosa del F1.
Música en directo
La catedral de Metz al fondo

En París nos separamos. Ale y Sofi se fueron a ver mercados y mercadillos y yo me fui al museo del ejército. Las mujeres a lo suyo las compras y los trapitos y los hombres a ver cañones; hay cosas que no cambian. Me gustó el museo. Me tiré más de 4 horas y eso que sólo me dediqué a las dos guerras mundiales. Allí aprendí lo básico de la primera, la división territorial que había en Europa antes de la guerra, el tratado de Versalles y cómo quedó el continente después del conflicto. De la segunda me llamó la atención todo lo de la campaña del desierto (norte de África) y el desembarco de Normandía. Ni mención a los españoles que combatieron en la guerrilla a favor de Francia. Vi la foto de la firma del reparto de Europa en Yalta, donde habíamos estado pocas semanas antes. Por lo demás me decepcionó la falta de cacharros de guerra como tanques, aviones y cachivaches de ese estilo que son los que me gustan. En Londres se pueden ver más cosas de estas. Las chicas tampoco perdieron el tiempo. Estuvieron en el mercadillo de la pulga “Marché au Puces”, en el de La Bastilla, en el de los pájaros, junto a Notre Dame y en otro en Montreuil. Infatigables.
Volviendo al asunto de las carreteras secundarias, aquí también circulamos por algunas, en este caso muy buenas porque se podía ir a velocidad de autopista (de peaje en Francia) y el paisaje y los pueblos que atravesamos eran francamente bonitos. Creo que en Francia no hay pueblos feos, los han debido quitar todos.
Dirección Paris. Carretera secundaria

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