lunes, 16 de septiembre de 2013

ESLOVAQUIA

¡Qué placer de frontera! No tuvimos ni que parar, es decir: frontera inexistente. Bendita sea la Unión Europea. De Polonia a Eslovaquia pasamos sin darnos cuenta. Además este país, Eslovaquia tiene el Euro por moneda; miel sobre hojuelas. Qué cómodo pagar con nuestro propio dinero. También ¡bendito sea el invento de la moneda única en Europa!
Sólo estuvimos un día en este país. Entramos por la zona montañosa que lo separa de Polonia por el norte y descendimos hasta Liptovsky Mikulas, un pueblecito a orillas de un lago en un entorno natural muy agradable. Allí nos llevamos un chasco. Bueno, el chasco me lo llevé yo porque había planeado ver en el hotel la carrera de Fórmula 1 pero el dueño me dijo que el hotel quedaba cerrado hasta las 4 de la tarde. A Ale y a Sofía la fórmula 1 les importa tanto como la física cuántica. Nos fuimos a comer a un restaurante de tipo estadounidense, se llamaba “Route 66”. Allí, además de buenas hamburguesas había buen internet y buena televisión por cable. Así pude ver bien la remontada de Fernando Alonso hasta el segundo puesto en Monza. Paseo por la orilla del lago, después por el centro del pueblo, cenita en la cocina del hotel y a la cama. Por la mañana alucinamos cuando empezaron a llegar cantidad de currantes al hotel, justo cuando desayunábamos. Eran trabajadores que venían el lunes a pasar la semana en la construcción de un edificio vecino. Todos venían con su tartera para toda la semana; un espectáculo ellos para nosotros y un espectáculo nosotros para ellos porque nunca habían visto a un trío de turistas españoles por esos pagos.



También observamos buen nivel en este país. Carreteras impecables, buena autopista hasta la frontera con República checa, pueblos urbanizados a la perfección y campos bien organizados y cuidados, sin bañeras para guardar agua del ganado ni somieres en lugar de puertas en los cercados. Esto parece ser sólo típico de España (una vergüenza).

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