lunes, 2 de septiembre de 2013

CRIMEA

Nos habían hablado muy bien de Crimea y decidimos darnos una vuelta por allí.  Esta península tiene una autonomía amplia y se aprecian ciertas diferencias con respecto al resto de Ucrania.
Las carreteras están mejor, los conductores son bastante disciplinados y parece que hay un poco más de nivel de vida. Nada más entrar decidimos hacer acampada libre. Elegimos un sitio muy bonito en mitad de una llanura, toda ucrania,  parece ser una llanura. Montamos el campamento, nos pusimos a cenar y en ese instante empezó a llover, en un minuto recogemos todo y continuamos la cena dentro de la furgoneta. Desde que llegamos al sitio de acampada hasta que nos acostamos estuvimos oyendo disparos de cazadores. Yo estaba un poco preocupado porque la combinación de cazadores ucranianos, con la euforia de la caza, las petacas de vodka y una familia de turistas en mitad del campo con una hija guapa de20 años, puede dar lugar a una situación peculiar. Por suerte en un momento dado los disparos cesaron y no nos molestó nadie durante toda la noche.
Las acampadas libres  las solemos hacer cuando no hay ni camping ni hotel barato cercano, entonces elegimos un sitio en mitad del campo alejado de carreteras y núcleos urbanos. Aunque en principio pudiera parecer que acampar de esta manera sea peligroso, la realidad es que hasta la fecha no hemos tenido el más mínimo problema, nadie ha venido a molestarnos ni a darnos la tabarra ni a cotillear. El resultado es que estas noches que hemos pernoctado en el campo se pueden calificar como las más placenteras  y agradables del viaje. Además, es gratis.

Fuimos a Sebastopol un poco a ciegas, simplemente porque nos sonaba el nombre. Hicimos un recorrido corto por el centro de la ciudad y nos encantó .Es una población muy marinera, el puerto centra la vida social y económica de la ciudad que está llena de monumentos conmemorativos de batallas marinas, de las dos Guerras Mundiales  y de la Guerra de Crimea. Pudimos ver los barcos de guerra de la marina rusa y nos dimos un paseo en barco por la bahía.

Submarinos en Sebastopol

Monumento, Sebastopol

Novios posando
A continuación tiramos hacia Yalta, como recordareis, es la ciudad donde Roosevelt, Churchill y Stalin firmaron el reparto de Europa tras la II Guerra Mundial. La carretera fue de una belleza extraordinaria, siempre cerca del mar, con colinas y mucha vegetación  en contraste con el paisaje que predomina en el resto del país.

Palacio donde se firmó el armisticio al
final de la Segunda Guerra Mundial

Trovador ucraniano
Una vez  en Yalta, ciudad turística, visitamos el palacio de los Romanov, morada de verano del último Zar, donde se firmó el armisticio. Después nos dimos una vuelta  por el paseo marítimo y continuamos hacia Alushta en busca de un camping  que no existía. Al parecer la información que obtuvimos de Internet no era buena. Pedimos permiso en un hotel para acampar en el parking. Sin extrañarse los más mínimo no dijeron que no había ningún problema y allí pasamos la noche, los tres metidos en la furgoneta, zarandeados por un viento huracanado que no cesó en toda la noche.

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