De Arlès, en el sur de Francia, fuimos hasta una de las
primeras poblaciones de Italia según entras por Ventimiglia. Imperia se
llamaba. Allí decidimos pasar la noche en el camping “Pineta”. Primero
preguntamos el precio, después preguntamos si tenían WIFI. La de recepción se
esforzaba por ser simpática pero cuando respondió arrugó la cara, bigote
incluido, y nos dijo que sí.
¿Cuál es la clave?
“Pineta” respondió.
Luisito, que ya se sabe que lo de las contraseñas en los
sitios con internet siempre da problemas, insistió.
¿Seguro que PINETA? ¿ Nada más?
Si, seguro. Dijo la bigotuda
Al conectar la tablet y el ordenador, ninguno de los dos
aceptó la contraseña. Luisito se fue a recepción a preguntar. La paisana
insistía en que aquella era la contraseña, pero que probáramos con LAPINETA.
Probamos y nada. Cuando Luisito volvió a la gorda bigotuda, con más pelos en
las patas que en la cabeza, dijo:
¡¡¡¡¡¡NO SÉ LA CONTRASEÑA!!!!!!
¿Os lo podéis creer? ¡La recepcionista de un camping con
WIFI no se sabía la contraseña! Alucinante. Y esto nos pasaba en Italia; cuando
estemos en África tendremos que comunicarnos con señales de humo, o con
tambores, que para estar en el continente negro es lo suyo.
Al final la mujer debió llamar a algún listillo y nos dio la
clave buena que resultó ser PINETA 77. La pusimos y el ordenador la aceptó,
pero internet no funcionaba. ¡¡¡Grrrrrrrrrrrr!! Nos dimos por vencidos, nos
olvidamos del PC y nos fuimos a la ciudad a darnos un paseo.
Como veis, no es fácil comunicarnos con vosotros, por eso ya
os decimos que es más que posible que no recibáis nuestros mensajes durante
largos períodos. Nosotros seguiremos peleando con los ordenadores, con las
contraseñas y con los/las recepcionistas incompetentes.
Ciao a Tutti (estamos en Italia)
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