Venecia es una trampa para los turistas de bajo presupuesto.
Me explico: No hay camping, los albergues con cama en dormitorio cuesta un
mínimo de 20€ por persona y día y los hoteles son realmente caros. Es normal,
estamos hablando de Venecia, ciudad turística por excelencia donde no faltan visitantes
y sí sobran italianos codiciosos que van a buscar un Euro como sea.
Nosotros encontramos un parking para caravanas y furgonetas
por 37€ diarios. Se puede dormir en la furgo, pero no en tienda de campaña, que
es donde duerme Luisito, por lo que nos metimos los tres en la furgoneta. No
estuvo mal, pusimos unos inventos para ensanchar la cama y al final pasamos la
noche bien. El asunto pendiente ahora era la ducha. En el parking hay WC pero
no duchas. También nos las ingeniamos y, utilizando una ducha solar –una bolsa
de plástico negro que se pone en el techo del coche y se calienta con el
sol- del LIDL montamos un espectáculo
detrás de unos árboles. Ya era casi de noche, pero yo creo que los abuelos,
niños y demás personal del autobús turístico que aparcó junto al “show de la
ducha” vieron el espectáculo de los Yanes en pelotas batallando con la ducha
con el gel con el viento y con el trapo que tapaba nuestra desnudez a pesar de
los intentos del viento por que el numerito fuera todavía más explícito.
San Marco |
Gondolieri |
Siestecita |
En nuestros viajes solemos detectar situaciones o actitudes
de los locales que no conseguimos entender por muchas vueltas que le
demos. A esto los llamamos “misterios”.
En Venecia nos hemos topado con el misterio de los baños públicos. Como os
dijimos al principio de ésta crónica, ésta ciudad es una trampa. Como los de
aquí saben que no existen baños públicos, han surgido algunos privados que
cobran 1,5€! por su uso. Para promocionar el negocio ponen pegatinas en el
suelo que dicen “WC” con una flechita. Bueno, pues sigues las flechas y jamás
encuentras los WC. Estuvimos buscándolos todo el día. Al final Alegría
consiguió "descargar" en una exposición de fotografías de un español, porque el
encargado se apiadó de ella y yo relajé mi próstata en el Mcdonalds, ya sobre
las 6 de la tarde. A puntito estuvimos de agarrar una retención de orina de
esas que acaban en el hospital. Lo dicho, lo de las flechitas de WC en Venecia:
un misterio.
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